La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. La Organización Mundial de la Salud lo califica como epidemia ya que su prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. La influencia genética se asocia a los hábitos de alimentación y estilos de vida sedentarios. Los niños con obesidad y sobrepeso tienden a seguir con exceso de peso en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer enfermedades crónicas no transmisibles a edades más tempranas. Se describen los hallazgos en escolares que residen en una ciudad del sur de Argentina, caracterizada por vientos constantes y fríos que condicionan hábitos de vida en ambientes cerrados. Donde las familias se trasladan en vehículo la mayor parte del tiempo, con incremento de ingestas alimentarias en cantidad y no necesariamente en calidad por las diferentes ocupaciones, con tiempos breves para la preparación de las comidas, y disminución de la práctica de actividades al aire libre. El presente libro además de servir como punta de investigación sobre la problemática, señala la necesidad de buscar mejores estrategias de prevención.