Algunas composiciones actuales -obras instrumentales solistas y de cámara- no siempre consiguen ser caracterizadas o entendidas de manera acabada. Esto se debe a que las mismas se construyen con una materia acústica diferente. Esto tuvo -y aún tiene- repercusiones sobre dos cuestiones: 1) la notación musical; y 2) las maneras de razonar e imaginar el sonido al momento de crear música. Pero, ¿cómo es que los compositores razonan e imaginan la música hoy en día? O mejor, ¿mediante qué mecanismos lo hacen? Nuestro enfoque propone lo metafórico y lo analógico. Esto significa que para explicar el comportamiento extraño -en comparación a la tradición- que la música adquiere, resulta necesario establecer comparaciones y parecidos con diferentes estados de la materia -similar a un sistema físico-. De todas maneras, y para ser más precisos, las similitudes con diferentes estados de la materia en realidad deben entenderse como una metáfora-analogía con el concepto de sistemas complejos proveniente del campo de las ciencias exactas (algo que intentará verse reflejado en obras de Julio Estrada, Luciano Azzigotti, Samuel Cedillo y Raúl Dávila).