Comer es historia insta a la preservación del patrimonio culinario y gastronómico como elemento histórico y social de la nación. Deviene contribución de amor y esfuerzo que enaltece la profesión tanto de los más experimentados chef de cocina como pobladores de ciudades, asentamientos y comunidades de la mayor isla de las Antillas. Las propuestas son aplicables en hogares, escuelas, centros de trabajo y restaurantes. Permite a la ama de casa elaborar una variedad de platos.