El consumo de drogas es una práctica social antigua que adquiere características problemáticas con el inicio de las sociedades capitalistas, presentándose en la actualidad como un fenómeno enrevesado donde intervienen múltiples aspectos que complejizan su abordaje. Este trabajo se realiza desde la psicología comunitaria, con el propósito de aportar a la lectura de esta problemática, tomando para ello la perspectiva de quienes, según los discursos hegemónicos, conforman el grupo social más perjudicado: jóvenes que viven en situaciones de pobreza y exclusión. Para esto, se analizan las prácticas y significaciones que construyen los jóvenes sobre el consumo de drogas, partiendo del supuesto de que el problema no son las sustancias sino las relaciones que se establecen con ellas. En función del proceso realizado, se cree fundamental diseñar intervenciones en el espacio micro social a partir de dispositivos participativos que trabajen con los sujetos recuperando su mirada, enfocándose más allá del hecho particular del consumo, entendiendo la génesis social del fenómeno.