El desarrollo del ferrocarril en las distintas regiones del planeta produjo modificaciones profundas. La comunicación, la economía, la urbanización y la población fueron movilizadas por los rieles que introdujeron progreso y cambios tecnológicos. América del Sur fue surcada en todas las direcciones por los nuevos trazados férreos, que buscaban las materias primas necesitadas en Europa. En el caso particular de la República Argentina, el ferrocarril permitió el ingreso de millones de inmigrantes europeos que se afincaron en su extensa geografía. Instaladas las líneas en territorio nacional, el paisaje comienza a poblarse de estructuras fabriles y nuevas ciudades. Esos "gringos" trajeron sus costumbres, sus labores y su esfuerzo, transformando profundamente la economía regional y vinculando a a la provincia de Mendoza con el resto del mundo.