La necesidad de obtener beneficios mutuos permite, e incluso se podía decir exige, la puesta en marcha de un cambio en la forma de las relaciones: así, las tradicionales relaciones entre las organizaciones compradoras y vendedoras basadas meramente en el precio están siendo sustituidas por contratos construidos sobre los costes totales, así como valores como la confianza, fidelidad, innovación, calidad y flexibilidad. Cabe suponer que esta nueva tendencia en las relaciones debería abarcar todos los eslabones de la cadena de suministro, siendo adecuada en los casos de alianzas entre diferentes miembros de la misma cadena o distintas cadenas de suministro. Sin embargo, es importante cuestionarse si las relaciones de la cadena de suministro se desarrollan o no de este modo en la realidad. Para poder obtener los beneficios de modo mutuo y cumplir todos los requerimientos característicos para las nuevas relaciones, el proceso o los procesos de gestión de la cadena de suministro deberían ser simétricos. No obstante y a pesar de los argumentos presentados, las relaciones entre las organizaciones en la cadena de suministro no son así, pudiendo observarse en ellas varias asimetrías.