El gerente escolar dentro de su filosofía de actuación debe acompañar al otro y dejarse acompañar, su acción no es individual. El conocimiento no es de su uso exclusivo, su función no es bajar órdenes en cascada, la comunicación debe fluir de forma horizontal, en la organización todos deben sentirse dueños de sus propios espacios y opiniones, ese gerente toca la humanidad del otro, reforzando de este modo sus posibilidades creativas, que le permiten ir más allá de lo evidente, de lo rutinario, donde los formatos y los instrumentos son un medio para la organización del pensamiento, para la estructuración de su reflexión y en ese marco de referencia construir un hacer más elevado y más trascendental. En las instituciones escolares es fundamental transformar la práctica operativa, analizar el origen del éxito de otros y aplicar procedimientos novedosos, partiendo de la premisa que para problemas complejos, en ocasiones, el sentido común es suficiente para aproximarse a la solución deseada.