Historicamente en Pro de La conservación de los ecosistemas, siempre se han utilizado instrumentos económicos y de merccado. La mayor parte de ellos trata de prevenir externalidades negativas por medio de impuestos o derechos ecológicos, basados en el principio de “Quien contamina paga” o “Poluidor pagador”. El esquema de pagos por servicios ambientales (PSA) representa un nuevo enfoque a esta visión. Este esquema no parte de la mitigación de impactos negativos, sino se centra en la generación de externalidades ambientales positivas por medio de incentivos económicos y sociales destinados a los custodios de los recursos ecosistémicos. El esquema de PSA representa de esta manera una política de conservación que facilita sustancialmente la efectivación de los principios ambientales económicos del Estado de Derecho Social y Ambiental que se viene consolidando con gran fuerza en todos los países del mundo.