En el aula escolar se congregan particularidades subjetivas a partir de las historias y experiencias de los alumnos, haciendo que sea un espacio de construcción social y convivencia con otros en el desarrollo de sus emociones. Con esto, los conflictos intrapersonales son llevados al aula, afectando e influyendo en la convivencia escolar y las relaciones interpersonales. Algunos de estos problemas se nutren en una escuela continuamente centrada en lo cognitivo que olvida la dimensión socio-afectiva y emocional, lo que produce que ese “aprender a vivir juntos” (Del Rey, Ortega, & Feria, 2009), dentro de los planteles educativos sea incómodo, difícil de manejar, e indeseable para la comunidad estudiantil, adicionalmente con frecuencia no se trata el problema, ni se tiene idea de cómo proceder ante ello.Dentro de un ejercicio investigativo realizado en una escuela de Bogotá, Colombia, se pudo analizar que los estudiantes presentan dificultades para reconocer sus emociones y para manejar los conflictos interpersonales, lo que lleva a conductas violentas y acciones que no permiten el óptimo desarrollo del ejercicio educativo.