Para finales de 1776, cerca de 4.000 soldados pertenecientes a la corona portuguesa amenazaban los territorios españoles del Río de la Plata. En respuesta, el rey Carlos III mandó organizar y enviar a América la expedición de mayor envergadura, en términos de recursos, que se hubiera visto hasta el momento. El 13 de noviembre de este año, ciento dieciséis barcos que transportaban un total de 9.038 hombres, más de 2.000 piezas de artillería, y una cantidad cercana a los 800.000 pesos de a 8 reales en dinero , partieron de los puertos de Cádiz al mando del general Pedro de Cevallos, bajo la protección de 632 cañones. Los objetivos eran precisos: defender los dominios del rey ante la amenaza portuguesa y organizar administrativamente los territorios adyacentes a la zona, (en especial el puerto de Buenos Aires convertido posteriormente en capital virreinal). Para llevar a cabo tan grande empresa, fue necesaria toda una maquinaria de mantenimiento, financiación, organización y logística que garantizara su éxito.