La contemporaneidad clasifica trastornos; los niños son rotulados, medicados y llevados a varios especialistas, pero la mayoría de las veces no se escucha la verdadera causa de las manifestaciones sintomáticas de la infancia. Abrir un espacio para entender desde otro lugar al niño implica una lectura de la constelación familiar y de los tiempos lógicos de la infancia, entre otros aspectos relevantes. Esto permitirá, a través de una escucha particular, ir deshaciendo el entramado que abona el síntoma. El camino no es fácil nunca. Requiere un buen sustento teórico del terapeuta, la transferencia, las técnicas de intervención, el trabajo con los padres y una postura que implica el cuerpo... en fin, es toda una apuesta.