La experiencia ha demostrado que las zonas de transición entre terraplén y estructura son la fuente de muchos problemas, produciéndose asientos diferenciales entre secciones transversales contiguas y originando lo que se conoce como “bache”. Para disminuir este desfavorable efecto que se produce cuando existe una estructura en la vía, se diseñan las denominadas “cuñas de transición“, en una longitud determinada entre la estructura y el terraplén de acceso a ésta. Estas cuñas tienen como misión graduar longitudinalmente la deformabilidad total de las sucesivas secciones, de manera que se pueda conseguir un incremento progresivo de la rigidez del apoyo del carril a medida que nos acercamos a la estructura Sin embargo, a pesar de esta disposición estructural no se ha podido lograr aún una solución de diseño que reduzca notablemente los defectos de calidad geométrica de la vía que se observan en las mencionadas zonas, incrementando de forma relevante los costes de mantenimiento de las líneas de Alta Velocidad. Avanzar en un mejor conocimiento de los fenómenos descritos en las transiciones es el objeto del presente trabajo.