En el concierto internacional, particularmente para algunos Estados occidentales (principalmente Estados Unidos) y pro-occidentales, se considera que la República Islámica de Irán ha sido desde la época de la Revolución Islámica (1979), un elemento desestabilizador del sistema internacional. Dicha percepción se da en gran medida, a partir de la implementación de políticas como la nacionalización de la industria petrolera, el establecimiento de un gobierno teocrático, el apoyo a movimientos islamistas radicales en otros Estados, el programa nuclear iraní y en particular el aislamiento y oposición directa al papel de Estados Unidos y sus aliados en la región. Por otra parte las percepciones que tiene Irán en relación a su posición dentro del concierto internacional, motivadas por factores históricos, ideológicos y geoestratégicos, han influido considerablemente en la construcción de las nociones de seguridad del Estado, además de tener una relación directa con las percepciones que tienen los demás Estados del sistema internacional. Por esto se pretende analizar la incidencia de las políticas antihegemónicas de Irán, a partir de sus relaciones político-comerciales con China.