Los cuidadores familiares se ven expuestos a alteraciones en su propio bienestar, debido a los cambios que ellos mismos han debido efectuar en su propio estilo de vida. De esta manera, es posible establecer que el rol originado por el estado de dependencia de su familia al cuidado genera un gran impacto para su calidad de vida, afectando los ámbitos físico, psicológico, social, económico y espiritual del cuidador. Así mismo las repercusiones psicológicas del cuidado generan sentimientos negativos que les resulta difícil manejar, entre ellas la aparición de tristeza y deseos de llorar, como también los sentimientos de culpabilidad si no se encuentran al lado del familiar - paciente. Las principales reacciones emocionales adversas encontradas en este grupo son: la ansiedad, la depresión, el miedo, la frustración, el resentimiento, la impaciencia y la culpabilidad por creer que no están cuidando de su familiar como se debería. Es por eso que es necesario generar la idea de que es importante cuidarse a sí mismo, y que se dé el tiempo y la atención suficientes para sus necesidades personales, reconociendo que es importante poner límites al cuidado encontrando espacios para su salud.