América latina, Medio Oriente y África hacen parte de los pueblos periféricos, Europa y los Estados Unidos hacen parte del centro hegemonico. La propuesta de Enrique Dussel es que los pueblos periféricos sean escuchados y reconocidos por los pueblos de centro y que su cultura, sus expresiones artísticas, su religión y su realidad política sean reconocidas por las dinámicas dominantes de centro. El centro ha creado al mundo a su imagen y semejanza, siendo los totales protagonistas de la historia, ignorando la exterioridad de los pueblos colonizados y explotados, pero a pesar de toda la carga y sometimiento histórico, los pueblos del tercer mundo están llenos de porvenir y de futuro.