Los presupuestos participativos en salud, constituyen una experiencia única en que los usuarios de servicios de salud, en su calidad de sujetos de derecho, se involucran paulatinamente en un proceso de deliberación, donde la opinión, tanto de ciudadanos como de funcionarios de salud (también ciudadanos) adquiere poder, en un contexto en que las soluciones para problemas sentidos por la comunidad, no están definidas previamente por los técnicos. Esta experiencia exitosa de construcción de ciudadanía en salud, requiere de una concepción previa sobre el ejercicio de la función pública en un contexto democrático, lo que significa comprender que la participación de los ciudadanos no es solo un componente de la ejecución de las políticas públicas sino que también un ingrediente necesario para su propia definición, ampliando el espacio público y su apropiación por quienes finalmente son la base de la democracia.