Este escrito es un capítulo como parte integrante de un estudio más extenso, próximo a publicar, en torno al sistema comunista que marcó con indudable importancia y alcance el SXX. Realizado a partir del análisis histórico de uno sus últimos reductos vivos todavía y reacios tocar ya en retirada. Al tratar tal sistema como ejemplo de los que se alumbraron a través de un ideario dogmático, por tanto excluyente y encerrado en sí mismo, entendí que había que incluir a otros sistemas políticos e ideológicos en la Historia que se cimentaron en idearios consanguíneos, actuando como antecedentes. La Historia de España es, en mi opinión, un caso ejemplificador de tal idea. Al Ándalus fue un paréntesis y una refrescante lección de tolerancia contraria a ese concepto. Como barcelonés inquieto por la reflexión histórica acerca del proceso de identificación catalán, con una clara intencionalidad en una parte importante de su sociedad hacia la creación de un Estado propio, pretensión hoy en ristre, creo que es bueno meditar sobre la relación de esa España plurinacional, caduca e históricamente encerrada en clausura dogmática con el devenir de sus naciones.