Desde tiempos remotos, el estudio del Universo ha sido una fuente de enriquecimiento para el espíritu de la Humanidad. A partir que Galileo convirtió al catalejo en telescopio, se inició una auténtica revolución de los conocimientos sobre el cielo. El ritmo en el que han progresado los telescopios, se ha acelerado vertiginosamente. Debieron transcurrir 79 años, entre el telescopio de refracción de Galileo y el de reflexión de Newton, constituyendo esto un gran salto en la Astronomía. En la actualidad, durante el tiempo de construcción de un avanzado telescopio, ya se esta diseñando el que lo superará en prestaciones. Esta carrera, ha permitido detectar y estudiar fuentes de energía cada vez más débiles, permitiéndonos acercar más a los vestigios del origen del Universo. En este libro se expone la evolución del diseño de los telescopios ópticos, cuyo diámetro supera al metro, desde el que construyó Herschel, pasando por otros clásicos, que han sido vitales en el desarrollo de la Astronomía moderna, como por ejemplo el de Monte Palomar, hasta llegar a los más modernos telescopios que están en operación, construcción y proyecto.