Las enfermedades inflamatorias intestinales son patologías digestivas crónicas de importante severidad y de etiología desconocida. Razón por la cual el tratamiento es meramente paliativo y con efectos secundarios; además, en bastantes ocasiones no hace remitir la sintomatología, teniendo que ser intervenidos los pacientes quirúrgicamente cuando su salud se ve muy deteriorada. Debido a todos estos elementos no es raro que aparezcan trastornos psicológicos asociados a la enfermedad de Crohn y a la colitis ulcerosa, especiamente depresión y ansiedad. Además, el estrés, y más concretamente el diario, influye negativamente sobre la sintomatología gastrointestinal, razón por la cual es importante complementar los tratamientos médicos de estos pacientes con tratamientos psicológicos que les lleven a manejar mejor su enfermedad y adaptarse adecuadamente a la misma.