La actividad turística ha conocido un crecimiento extraordinario en las últimas décadas. Este crecimiento ha provocado el interés por parte de la mayoría de los países para su implantación con el fin de mejorar las cuentas locales, regionales y nacionales. En este sentido, el turismo de sol y playa sigue siendo el más demandado a escala global, mientras que su impacto sobre el litoral es muy importante. En consonancia con esta evidencia, la ordenación del territorio debe auspiciar una correcta organización de la actividad para evitar una mala ocupación del espacio. Es especialmente importante en aquellas zonas que cuentan con importantes y conocidos peligros naturales que, en combinación con la ocupación del territorio por parte de las construcciones turísticas, devienen en riesgos naturales de origen antrópico. Los litorales de Andalucía, en España, y de la Península de Yucatán, en México, han conocido una evolución paralela con el auge de las actividades turísticas y de los peligros naturales que afectan, o pueden afectar, las zonas ocupadas y urbanizadas. En este libro se caracterizan las evidencias del binomio ocupación turística y riesgos naturales en ambos espacios.