Esta colección de escritos en prosa poética busca expresar el ánimo y sensaciones de un contemporáneo frente a las clasificaciones y frustraciones a las que nos sometemos en una sociedad funcional. La aparición del caracol, lento signo de la materia, nos guía en la búsqueda de un recorrido significativo dentro de un mundo que aparenta -sin éxito- una perfecta transparencia y conceptualización de sus contenidos. En su lento pasar, el caracol trae a nosotros la cosmología, nuestra corporalidad y muerte, nuestra experiencia vivida y vivible. Así, en este camino van apareciendo distintos temas -científicos, filosóficos, religiosos, políticos, artísticos, experienciales- los cuales son desafiados desde una clave estética que vivencia de modo desgarrador su enfrentamiento con lo conceptual. Esta dinámica se expresa en las palabras del autor ya desde el primer capítulo: «Fluir, vivir, tantear, perder, ganar, sufrir, amar, sentir. Nada más queda, rompamos el pensar, perdamos La Idea, coloreémosla, rasguémosla, démosle relieves, toques, besos, sonidos».