Los tiempos actuales requieren de una seguridad en el mantenimiento de los gobiernos que garanticen el respeto a la persona, y a los proyectos que se puedan establecer socialmente para lograr el máximo de felicidad politica. Una teoría de la educación conforme a estos parámetros es indispensable para alcanzar estos ideales. La necesidad de hábitos para lograr justicia, con la seguridad de la prudencia personal, ambas disposiciones catalogadas como virtudes cardinales, parecerían indispensables en la formación del ciudadano. Como dice J. Dewey: la democracia es un estilo de vida con un método pedagógico.