El M.S.p.A se aplica desde los 80, en terapias sexuales, en trastornos de ansiedad, en personas con depresión y en adultos muy mayores. Su origen Hindú lleva la impronta de una filosofía milenaria. Su ejecución es como un ritual ungido de extraordinaria dignidad, de ritmo lento y soberano, iluminado de belleza y amor. Su misión, alimentar al bebé interno del adulto, restablecer el equilibrio. Por la manera de ser administrado, debería traducirse como "caricias mágicas", que además ponen en marcha estímulos que llegan a los receptores sensoriales. Los receptores envían "información" hacia el cerebro a través del Sistema Nervioso Central, allí es decodificada, reconocida y reenviada en forma de señales químicas al Sistema Inmunológico encargado de proteger al organismo de las enfermedades. La incorporación de este masaje en la terapéutica de personas ancianas, ha dado como resultado, no solo la disminución de psicofármacos y somníferos, sino que ha producido la aparición de emociones y actitudes positivas, expresiones de la consciencia fundamentales para la calidad de vida. Un real encuentro con las huellas de amor de las caricias maternales recibidas allá lejos y hace tiempo.