La inexistencia de una auténtica revolución burguesa y la reiteración de regímenes políticos dictatoriales y/o autoritarios a lo largo de la historia moderna y contemporánea de España son factores macrohistóricos clave para explicitar contextualizadamente las características distintivas de la cultura política de los españoles. Las peculiaridades ideológicas y políticas del fascismo triunfante en la Guerra Civil y del franquismo posterior, con el desmedido protagonismo político-cultural de la Iglesia católica, revestirán a la cultura política de los españoles hasta casi finales del siglo XX de unas características exóticas y premodernas con respecto a las europeas. El “Estado de partidos” que surge de la transición democrática acabará configurándose como una auténtica “partitocracia”. Lo que, unido a la deriva sectaria de los medios de comunicación y de la propia esfera pública española, facilitará la soterrada continuidad de las genotípicas pulsiones culturales autoritarias en la conformación de las opiniones, las actitudes y los valores de la todavía incipiente ciudadanía española actual.