La victimiología clásica ha considerado tradicionalmente al sujeto pasivo como a la verdadera y única víctima del suceso; sin embargo, de un estudio minucioso se ha logrado concluir que no en todos los casos sucede tal situación, de tal modo que el propio delincuente se convierte en la principal víctima del delito. El presente estudio trata de demostrar que el delincuente a lo largo de su vida personal y social sufre una victimización constante y aveces sistemática. Sin embargo, la obra no trata de justificar a la criminalidad, sino de reconocer al delincuente como un ser humano susceptible y titular de derechos y obligaciones. Además trata de mostrar una forma diferente de estudio de la criminalidad.