La Región del Libertador Bernardo O’Higgins, en pleno valle central de Chile, habitada por comunidades campesinas profundamente identificadas con los usos y costumbres propuestas por una tradición centenaria, despliega una exuberante belleza natural. Ese paisaje se ha ido sembrando, a lo largo del tiempo, de hitos que el hombre ha hincado como huella de su quehacer y que hoy se reconocen como bienes patrimoniales. Todos ellos se han convertido en magnéticos focos de atracción por la imagen física que proyectan, pero, además, son depositarios de una poderosa carga inmaterial que, a menudo, trasciende las propias localidades que representan. El sabio encadenamiento de los puntos de interés conduce a la creación de una ruta patrimonial a través del valle del río Cachapoal, induciendo proyectos locales orientados a fomentar el turismo dentro de la zona. El presente texto procura dar cuenta de los atributos de cada uno de los hitos que eslabonan un circuito enmarcado por una naturaleza todavía escasamente antropizada. Reconocer y admirar sus virtudes es un primer paso. Por añadidura vendrán las inversiones mediante las cuales la ruta puede convertirse en una meta de atracción nacional.