Las representaciones lingüísticas que hacemos de nuestra realidad en el mundo están a menudo mediadas por la concepción que tenemos del lenguaje en tanto herramienta de representación y por el alcance que como tal le atribuimos. Siguiendo esta idea, hemos de entender al denominado “realismo literario” como una marcada preocupación por la realidad concreta de un tiempo y un espacio específicos que se manifiesta en la búsqueda de un modo de representación veraz, objetivo, directo y verosímil. Sin embargo, ¿cuánta de esta pretensión del realismo es en verdad posible y cuánta necesariamente escapa a terrenos en los que el lenguaje hace evidente su esencial arbitrariedad en la designación? Dicho de otro modo, ¿hasta qué punto es el lenguaje del realismo capaz de decir lo que pretende decir? El presente libro es un estudio sobre los límites de la concepción objetivista del lenguaje que adoptó para sí el naturalismo francés del s. XIX, con una aplicación al caso concreto del relato El Horla (1887) de Guy de Maupassant. Se pretende con ello aportar algo de luz para la comprensión de un período y un modo de representación fundamentales en la historia literaria del último siglo y medio.