La investigación surge de la convicción de que la arquitectura, antes de planificar y proyectar, si se aspira realmente a una auténtica habitabilidad socio-ecológica, debe involucrarse en los procesos de diagnóstico de manera transdisciplinaria y participativa. En esta lógica, la propuesta sigue el enfoque del desarrollo humano sostenible, siendo un esfuerzo por contribuir con un método de diagnóstico socio-ambiental centrado en priorizar los vínculos relacionales de las personas viviendo en comunidad, como medio de identificación y fortalecimiento endógeno. Nuestro futuro y el de las próximas generaciones se verá fuertemente condicionado por el actual momento histórico. No se trata solo de una pérdida de biodiversidad, sino también de socio-diversidad. Hoy, es fundamental abordar desde un enfoque holístico, las problemáticas sociales, del medio ambiente y de los asentamientos humanos (aldeas, pueblos, localidades rurales, barrios, urbanizaciones y pequeñas ciudades). Comprender que todo forma parte de un sistema socio-ecológico, implica asimilar y hacernos conscientes de nuestra manera de producir, distribuir, consumir y habitar: bienes, servicios y territorios.