En1830 la élite gobernante en Venezuela redefine la relación civil-militar, para subordinar las armas al imperio de la ley y adecuarlas a la recién creada República, cuyos objetivos están dirigidos a la instauración de un proyecto nacional de tendencia liberal. Más que simples enfrentamientos entre militares contra civiles durante el período 1830-1850, la realidad militar es mucho más compleja, de alto grado de conflictividad; por cuanto, por un lado, el país está caracterizado por la existencia de enormes desigualdades estructurales, desde lo tradicional y pervivencia de lo colonial hasta lo jerárquico, moderno; y, por otro lado, la existencia de actores tales como el denominado “Poder Civil” (representado en los partidos Conservador y Liberal), los caudillos ( guerreros políticos), los pretorianos (militares-políticos provenientes de la emancipación) y los oficiales militares de orientación profesional (herederos de la tradición castrense hispana del siglo XVIII y los egresados de la Academia de Matemáticas fundada durante los gobiernos conservadores), cuyos intereses son traducidos en acontecimientos violentos. En 1850 es definida esta relación con el poder de los caudillos.