Vivir significa darnos la oportunidad de ser, de hacer, de conocer y de sentir. Y es preciso en ese vivir, mí vivir, que hoy es posible este libro. Más allá de los aportes educativos que presento, debo advertir que se trata de un trabajo profundamente personal, habla de mí y lo que soy, de cómo veo la educación y de lo que me ha dejado el vivirla. Mucho de lo escrito es el resultado de años de cuestionamientos, otra parte es el fruto del ahora. Es un primer intento de autocrítica después de diez años de ejercicio. ¡No debí esperar tanto! Pero, no nos forman para esto, no en nuestras universidades. Estimado lector, te invito a que formes parte de los cambios educativos que se requieren, a que te retes a ti mismo en la confrontación de tu vivencia docente y tener la oportunidad de encontrarte y reencontrarte, de recrearte, reinventarte.